Te acuso

Estúpida, si creíste que no lo sabría;
Estúpida, si pensaste que hacías el bien.
En tu interior solo hervía sangre caliente,
deseos que no escuchaban de razones.

Te acuso y te dejo en evidencia,
que estos tribunales no olviden
el sucio nombre de esta,
que se hace llamar mujer.
Con encantos pasajeros
y sentires pocos verdaderos.

¡Quiero denunciarte!

Dudo que la vida haga justicia contigo.
Si en mis manos estuviera tu condena,
no dudes que esta enamorada,
te condenaría al peor de los castigos.
Por atreverte a desear lo que no te pertenecía,
por robarme lo más especial que yo poseía: el amor.

El odio que nunca nació en mi,
ahora custodia tu nombre, en mi cabeza.



Archena, 2 de febrero de 2008 (05:15hs)